martes, 23 de noviembre de 2010

Con otros ojos

Si, lo descubrí mientras reposaba mi cabeza de los mil pensamientos que rondaban en ella; respiré profundo y obeservé detenidamente el árbol, ese insignificante árbol por el que paso enfrente uno que otro día, observé su tronco, sus  ramas, sus hojas y de pronto pude verlo con otros ojos, sí, vi sus  latidos, fuí capaz de escuchar su respiración, de observar la poesía que nacía de cada pequeña hoja, de cada célula que lo componía; encontré la perfección en él; la escencia de la belleza, el amor que siento por la naturaleza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario