sábado, 27 de noviembre de 2010

Tendida en el pasto miraba las nubes pasar con prisa, nada la hacía más feliz que ese lugar; un claro alejado de la urbe; sin gente a quien ver, sin lamentos que escuchar y sin tener que pensar.

Saltando entre nubes llegué hasta ti

viernes, 26 de noviembre de 2010

Las velas se habían consumido completamente; la comida en la mesa ya entraba en descomposición y las manchas del vino derramado se habían adherido tan bien al  blanco mantel, que parecía que siempre habían sido parte de él.
El sujeto yacía muerto en el suelo hacía ya cuatro días y en su cara aún se podía ver la mirada inconfundible de la decepción. El teléfono dejó de sonar mientras que el sonido del reloj retumbaba en la silenciosa casa.

Mientras las hojas caían de los otoñales árboles, el eco de sus pasos retumbaba en la acera nocturna...

jueves, 25 de noviembre de 2010

Yacía sola en su cama, creo q observaba las diminutas y casi imperceptibles partículas de polvo que flotaban sobre ella. Yo sólo me atrevía a  mirarla desde la puerta.
Desde hace unos días que se comportaba distante, ya no era ella; estaba opaca, su mirada ya no me reflejaba, en realidad ya no reflejaba nada, era una mirada completamente vacía.
Me decidí a dar una vuelta, desde pequeño me ayudaba a ordenar las ideas. Compré un café en la primera cafetería que encontré y seguí mi camino  hacia la reflexión.
Era una noche de verano, la brisa tenía un sabor dulce y los aromas de la naturaleza se habían fundido en uno sólo.
Me senté en una banca junto a un mendigo, miré al cielo y me percaté que aquella noche la luna era casi inapreciable, tomé un respiro y seguí mi camino.

martes, 23 de noviembre de 2010

Con otros ojos

Si, lo descubrí mientras reposaba mi cabeza de los mil pensamientos que rondaban en ella; respiré profundo y obeservé detenidamente el árbol, ese insignificante árbol por el que paso enfrente uno que otro día, observé su tronco, sus  ramas, sus hojas y de pronto pude verlo con otros ojos, sí, vi sus  latidos, fuí capaz de escuchar su respiración, de observar la poesía que nacía de cada pequeña hoja, de cada célula que lo componía; encontré la perfección en él; la escencia de la belleza, el amor que siento por la naturaleza.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Es hielo abrasador, es herida que duele y no se siente?...

Por el momento aun se siente; pero como siempre digo... las cosas pasan por algo y en eso me refugio...
Oh, pero como anhelo dejar de una vez por todas de sangrar por tu culpa...de sufrir;
dejar de recordarte con este sabor tan amargo y triste en mi boca...

jueves, 4 de noviembre de 2010

cómo me dejas así?
no ves que me muero?
no ves que no puedo olvidarte?
arreglemos esto volemos por úlitma vez al desierto.
Como puedo yo parar
esto parece no tener final
estoy unido, atado con un hilo
estoy pegado a vos como por un iman.
como puedo detener
esta atraccion que siento por tu piel encandenado te recorro a nado
y prefiero ahogarme
Cómo pudo ser?
cómo te aburrí? 

Quiero y no me puedo resignar
a que ya no me vuelvas a amar.
mi cabeza ya no tiene paz.
cienmil fotos tuyas como flash.
quiero caminar, quiero salir.
cada vez me meto más en mí. 

Me torturo imaginándote
haciendo el amor, besándola.
de mi cama ya se fue tu olor,
solo dios sabe cuanto lloré.
te voy a buscar a donde estés
y me escondo cuando aparecés.
vos me clavaste el cuchillo
y ahora yo lo hundo.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejano?
SI solamente me tocaras el corazón,
si solamente pusieras tu boca en mi corazón,
tu fina boca, tus dientes,
si pusieras tu lengua como una flecha roja
allí donde mi corazón polvoriento golpea,
si soplaras en mi corazón, cerca del mar, llorando,
sonaría con un ruido oscuro, con sonido de ruedas de tren con sueño,
como aguas vacilantes,
como el otoño en hojas,
como sangre,
con un ruido de llamas húmedas quemando el cielo,
sonando como sueños o ramas o lluvias,
o bocinas de puerto triste,
si tú soplaras en mi corazón cerca del mar,
como un fantasma blanco,
al borde de la espuma,
en mitad del viento,
como un fantasma desencadenado, a la orilla del mar, llorando.